La evidencia sugiere que las máscaras faciales pueden retrasar la propagación de COVID-19 y salvar vidas, pero lograr que las personas usen máscaras de manera constante y adecuada ha sido un desafío para la salud pública. En Bangladesh, los investigadores se asociaron con los formuladores de políticas para diseñar y evaluar estrategias para aumentar el uso de máscaras. Se distribuyeron máscaras en los hogares y en lugares públicos. El uso de mascarillas se promovió a través de modelos a seguir, mensajes de destacados líderes y personalidades de Bangladesh, folletos informativos y refuerzo en persona. Los investigadores también probaron una serie de incentivos y estímulos conductuales, incluidos dispositivos de compromiso público y recordatorios de mensajes de texto.