El Desafío
A medida que la tecnología transforma las economías, el sector de las tecnologías de la información (TI) ofrece sólidas perspectivas profesionales para los jóvenes. Sin embargo, el acceso a estas oportunidades es desigual: las mujeres representan solo alrededor del 35 % de la fuerza laboral tecnológica mundial. El acceso al sector a menudo depende de redes profesionales que difunden información sobre vacantes e influyen en las creencias sobre quiénes pertenecen al sector de las TI. En sectores dominados por hombres, estas dinámicas corren el riesgo de reforzar los estereotipos de género y limitar las oportunidades económicas de las mujeres.
Estas dinámicas pueden manifestarse de manera diferente entre los jóvenes sin redes profesionales consolidadas. En Panamá, alrededor del 25 % de los jóvenes no estudian, ni trabajan ni se capacitan (NINI), lo que los deja desconectados de las vías de acceso a sectores en crecimiento como la tecnología de la información (TI). Abordar esta brecha es una prioridad tanto económica como social: si no se actúa, las industrias prometedoras podrían tener dificultades para encontrar talento, mientras que una generación de jóvenes permanece excluida. Para abordar esto, la organización de desarrollo juvenil Glasswing International ofrece un programa de seis meses de formación profesional en TI para jóvenes graduados de secundaria que actualmente son NINI. Debido a su situación, este grupo carece de experiencia ni redes profesionales en comparación con los empleados de carrera. Pero aun así, persisten las preguntas: ¿las percepciones de género sobre las capacidades y las preferencias siguen influyendo en las decisiones y limitando la participación de las mujeres en TI?
La evaluación
En colaboración con el IPA, investigadores examinaron las creencias de género de los solicitantes del programa de formación profesional en TI de Glasswing International. Para ello, recopilaron datos a través de teléfonos móviles y utilizaron incentivos monetarios para conocer las creencias sobre las capacidades cognitivas generales, las habilidades específicas de TI y las preferencias de hombres y mujeres por las tareas relacionadas con TI. Un total de 244 solicitantes participaron en el estudio.
En primer lugar, los investigadores examinaron las creencias de primer orden: las propias creencias de los participantes sobre las capacidades y preferencias de hombres y mujeres. Para generar los puntos de referencia, un pequeño grupo de solicitantes elegibles había completado previamente pruebas de capacidad cognitiva general, capacidad específica en TI y una tarea de clasificación. A los participantes del estudio se les mostraron descripciones de estas tareas y se les pidió que indicaran quién creían que tenía un mejor rendimiento: un hombre o una mujer seleccionados al azar del grupo de referencia. Informaron tres creencias (capacidad cognitiva, capacidad en TI y preferencias), y uno fue seleccionado al azar para recibir un pago según un sistema de puntuación, lo que les permitió ganar hasta 5 USD.
Los investigadores examinaron las creencias de segundo orden: lo que los participantes creían que otros pensaban sobre las diferencias de género en la capacidad cognitiva general. Se les informó que otras personas habían respondido previamente a las mismas preguntas sobre creencias de primer orden y luego se les pidió que adivinaran las respuestas elegidas por un hombre y una mujer al azar. Se seleccionó al azar una de las creencias de primer orden para recibir un pago, y los participantes podían ganar 5 USD por acertar las respuestas de los demás.
Finalmente, para confirmar que las creencias sobre la capacidad y el interés predecían las creencias sobre la solicitud real al programa, los investigadores pidieron a los participantes que apostaran sobre las decisiones de solicitud de 20 pares de nombres seleccionados al azar (10 mixtos, 5 mujeres, 5 hombres) identificando a una persona de cada par. Si la persona elegida solicitaba posteriormente el ingreso al programa, los participantes ganaban USD 5.
Resultados
Los resultados sugieren que la escasa representación femenina en el sector de TI podría deberse menos a dudas sobre sus capacidades y más a la percepción de sus preferencias profesionales. En promedio, los participantes creían que las mujeres poseían mayores capacidades cognitivas generales y específicas para TI que los hombres. Sin embargo, también creían que los hombres estaban más interesados en las tareas de TI y que eran más propensos a solicitar formación en TI. Esta percepción —que las mujeres se inclinan menos por el trabajo en TI— podría influir más en el rechazo de las mujeres al sector que las suposiciones sobre sus habilidades.
El estudio también reveló dinámicas importantes en la percepción que las personas tienen sobre el género. Los participantes anticiparon correctamente que las mujeres percibirían a las mujeres con mayor capacidad cognitiva general. Sin embargo, los hombres juzgaron erróneamente las opiniones de sus pares: asumieron que otros hombres los favorecían mucho más de lo que realmente lo hacían. Este "falso consenso" sugiere que los hombres podrían estar sobreestimando el sesgo de género dentro de sus redes sociales, lo cual puede influir en sus propias actitudes y comportamientos.
Finalmente, la evaluación demostró que la recopilación de datos mediante encuestas telefónicas con incentivos puede ser rentable y fiable. Los participantes comprendieron las instrucciones, presentaron mínimos problemas técnicos y dieron respuestas coherentes. Por lo tanto, este método podría aplicarse en otras intervenciones o contextos donde se requiera una recopilación de datos escalable y de bajo coste.
Socio Implementador
Socio de financiación











