Tendencias cambiantes: la disminución de la titularidad de cuentas financieras por parte de las mujeres en Filipinas

Filipinas es un país líder en materia de igualdad de género. En los últimos años Informe global sobre género del Foro Económico MundialEl país ocupó el puesto 25 en paridad de género a nivel mundial y el tercero en Asia oriental y sudoriental. Este notable desempeño fue particularmente prominente en el uso de servicios financieros, donde las mujeres tuvieron porcentajes consistentemente más altos de titularidad y uso de cuentas que los hombres según el Banco Mundial. Findex globalEn términos prácticos, esto significaba que muchas mujeres en Filipinas tenían una cuenta que les permitía participar en la economía formal y acceder a créditos, seguros y otros servicios financieros.Ashraf y otros, 2010; Dupas y Robinson, 2013; Cull y otros, 2014). Esto es algo relativamente raro entre los países de ingresos bajos y medios. Las mujeres habían estado a la cabeza de la titularidad de cuentas en Filipinas, hasta que se produjo un cambio en 2021.
Crecimiento lento de las cuentas de mujeres
Durante la última década, hemos visto cómo la brecha de género en la titularidad de cuentas por parte de las mujeres ha empezado a disminuir lentamente, en particular desde 2021. En el caso del indicador principal sobre la titularidad de cuentas, la brecha de género según Global Findex se revirtió entre 2011 y 2021. En 2011, las mujeres tenían 15 puntos porcentuales más de probabilidades que los hombres de poseer una cuenta en una institución financiera o una cuenta de dinero móvil. En 2021, esto se había revertido y los hombres tenían 8 puntos porcentuales de ventaja. Si bien la titularidad de cuentas ha aumentado en la última década tanto para las mujeres como para los hombres, los hombres han experimentado un crecimiento mucho mayor. De 2017 a 2021, el porcentaje de hombres con cuentas en instituciones financieras aumentó 23 puntos en comparación con los 5 puntos de las mujeres. De manera similar, el porcentaje de hombres con cuentas de dinero móvil aumentó 20 puntos, mientras que las mujeres experimentaron un aumento de 15 puntos. En el caso del dinero móvil en particular, la brecha comenzó a cerrarse en 2017, pero en 2021, los hombres comenzaron a superar a las mujeres, ya que las cuentas de dinero móvil se cuadriplicaron con creces. Los datos sobre el uso de cuentas arrojaron un panorama similar, ya que más hombres realizaron o recibieron un pago digital que sus contrapartes mujeres en 2021, lo que representa un cambio respecto de 2017.

El Encuesta de inclusión financiera 2021 El Instituto de Estadísticas de Filipinas (FIS) del Bangko Sentral ng Pilipinas no mostró la misma reversión en la titularidad de cuentas formales en sus últimos resultados, pero parecía estar encaminándose en esa dirección. Las mujeres siguieron registrando una mayor titularidad de cuentas formales, aunque la brecha se redujo de 14 puntos porcentuales en 2017 a 3 puntos porcentuales en 2021. Por categoría de cuenta, las mujeres tenían 9 puntos porcentuales y 2 puntos porcentuales más de probabilidades que los hombres de poseer cuentas de microfinanzas y cuentas cooperativas, respectivamente, mientras que los hombres tenían 6 puntos porcentuales más de probabilidades que las mujeres de poseer cuentas bancarias en 2021. En particular, las cuentas de dinero móvil, o dinero móvil, crecieron rápidamente hasta convertirse en el principal tipo de cuenta formal en 2021, con una titularidad consistentemente igual entre hombres y mujeres.

El Global Findex descubrió que los hombres tenían 6 puntos porcentuales más de probabilidades de poseer cuentas de dinero móvil que las mujeres, mientras que el FIS señaló constantemente la igualdad de género para el mismo indicador en las cuentas de dinero móvil. ¿Por qué? Son ligeramente diferentes, principalmente porque el Global Findex muestra diferencias en la titularidad de cuentas activas, mientras que el FIS se centra en la titularidad, independientemente del uso.
La promesa del dinero móvil
A pesar de las diferencias, ambas encuestas destacan la lenta erosión de la ventaja de las mujeres en la titularidad de cuentas. Las cuentas bancarias, y más sorprendentemente las cuentas de dinero móvil, han crecido rápidamente, y ambas tienden a ser más utilizadas por los hombres o no presentan una brecha de género significativa. Por otro lado, las cuentas de microfinanzas, que históricamente fueron las cuentas más comunes entre las mujeres hasta 2021, han tardado en expandirse, según los datos del FIS. Los datos sobre los comportamientos de ahorro confirmaron este cambio, ya que los consumidores están dejando de depositar sus ahorros en cuentas de microfinanzas (del 22 por ciento en 2019 al 13 por ciento en 2021) y se están acercando a las cuentas bancarias (del 21 por ciento en 2019 al 31 por ciento en 2021).
La aparición y rápida expansión del dinero móvil, que muestra brechas de género más estrechas, presenta una oportunidad para hacer que las finanzas sean accesibles para más mujeres y promover la igualdad de género de manera más amplia. En el FIS, las principales consideraciones para abrir una cuenta fueron el monto requerido para abrir (53 por ciento), mantener el saldo (38 por ciento) y la tasa de interés (38 por ciento), todas las cuales los servicios estándar de dinero móvil podrían abordar. La evidencia ha demostrado que implementar ajustes de diseño que tengan en cuenta las necesidades y preferencias específicas de las mujeres (AFI, 2017), incluida la integración del dinero móvil en otros servicios financieros como las microfinanzas (Heath y Riley, 2024), tendría efectos positivos en el empoderamiento económico de las mujeres. En algunos sentidos, Filipinas está a la vanguardia en relación con otros países de ingresos bajos y medios. Por ejemplo, las mujeres tienen mayores tasas de propiedad de teléfonos móviles y acceso a Internet (4 de cada 5 mujeres en 2021), ambos factores críticos del lado de la demanda para una variedad de servicios financieros. La siguiente pregunta es cómo pueden los proveedores de servicios financieros y otras partes interesadas aprovechar esta ventaja para ofrecer productos y servicios más adecuados para las mujeres y garantizar que estas no se queden aún más rezagadas en su uso de los servicios financieros digitales formales.