Los pobres de los países en desarrollo tienen acceso limitado a cuentas bancarias y generalmente dependen de mecanismos de ahorro informales. Sin embargo, las opciones de ahorro informal por sí solas no pueden satisfacer todas las necesidades financieras de un hogar, y los hogares a menudo informan que tener acceso a una cuenta de ahorro es su mayor necesidad financiera. El ahorro es fundamental para los hogares cuyos flujos de ingresos no se ajustan a sus necesidades diarias de consumo, y mucho menos a su necesidad de planificar riesgos y realizar inversiones. Los estudios de IPA miden el impacto de los programas y productos que buscan ayudar a los pobres a superar las barreras prácticas y de comportamiento para un ahorro efectivo.