El pago de incentivos es un componente clave de la estrategia de gestión y, sin embargo, la evidencia de campo sobre los impactos de los incentivos tanto individuales como de equipo se limita a estudios realizados en países de altos ingresos. Los mecanismos que se encuentran detrás de las respuestas individuales a los incentivos van mucho más allá de las consideraciones racionales de maximización de salarios y abarcan preocupaciones por la visibilidad social, las preferencias por el trabajo colectivo y otras normas de comportamiento. Estas normas tienden a variar según la cultura, creando potencialmente una heterogeneidad considerable en las respuestas a los incentivos entre países. Presentamos evidencia de un experimento de campo diseñado para evaluar el impacto de los incentivos monetarios individuales y grupales y los incentivos de rango individuales y grupales en Accra, Ghana. Precisamente estimamos que, contrariamente a hallazgos anteriores en otros entornos, estos incentivos no tienen impacto en la productividad, la calidad del trabajo y la rentabilidad de la empresa. Los hallazgos indican que se necesita más investigación para arrojar luz sobre las características culturales del entorno que determina si el pago por desempeño es efectivo.