La violencia contra la mujer (VAW) está muy extendida en el este de África, y casi la mitad de las mujeres casadas sufren abuso físico. Aquellos que buscan abordar este problema de política enfrentan dos desafíos. Primero, algunas formas de violencia doméstica son ampliamente toleradas; la mayoría de hombres y mujeres creen que se justifica que un esposo golpee a su esposa en una variedad de escenarios. En segundo lugar, las víctimas y los transeúntes suelen ser reacios a denunciar los incidentes a las autoridades. Sobre la base de una creciente literatura que muestra que la educación y el entretenimiento pueden cambiar las normas y los comportamientos, presentamos evidencia experimental de una campaña mediática a la que asistieron más de 10,000 ugandeses en 112 aldeas. En aldeas asignadas al azar, las dramatizaciones en video desalentaron la VCM y alentaron la denuncia. Los resultados de las entrevistas realizadas varios meses después de la intervención no muestran cambios en las actitudes que toleran la VCM, pero sí un aumento sustancial en la disposición a denunciar a las autoridades, especialmente entre las mujeres, y una disminución en la proporción de mujeres que experimentaron violencia.