Las intervenciones específicas que mejoren de manera sostenible la vida de los pobres serán un componente fundamental para eliminar la pobreza extrema para 2030. Los hogares más pobres tienden a estar física y socialmente aislados y enfrentan desventajas en múltiples dimensiones, lo que hace que salir de la pobreza extrema sea un desafío y un costo. Este documento compara la rentabilidad de tres líneas de intervenciones de protección social antipobreza mediante la revisión de 30 programas de desarrollo de medios de vida, 11 transferencias de efectivo incondicionales de suma global y siete programas de graduación. Todas las iniciativas de graduación seleccionadas se centraron en las personas en situación de pobreza extrema, mientras que los programas de desarrollo de medios de vida y transferencias de efectivo se dirigieron a un conjunto más amplio de beneficiarios. Los impactos sobre el consumo anual de los hogares (o sobre los ingresos cuando los datos de consumo no estaban disponibles) por dólar gastado se utilizaron para comparar la rentabilidad de los programas. Entre los 48 programas revisados, se encontró que las transferencias de efectivo a tanto alzado tienen la relación costo-beneficio más alta, aunque hay muy pocos programas de transferencias de efectivo a tanto alzado que sirvan a las personas en situación de pobreza extrema o midan los impactos a largo plazo. Los programas de medios de vida dirigidos a los extremadamente pobres tenían una relación costo-beneficio mucho más baja. Los programas de graduación son más rentables que los programas de medios de vida que se enfocan en los pobres extremos y miden los impactos a largo plazo (es decir, al menos un año después del final de las intervenciones). Se necesita más evidencia, especialmente sobre los impactos a largo plazo de las transferencias de dinero en efectivo a tanto alzado a los pobres extremos, para hacer mejores comparaciones entre los tres tipos de programas para la reducción sostenible de la pobreza extrema.