Los experimentos aleatorios se han convertido en una herramienta popular en la investigación de la economía del desarrollo y han sido objeto de una serie de críticas. Este artículo revisa la literatura reciente y discute las fortalezas y limitaciones de este enfoque en la teoría y en la práctica. Argumentamos que la principal virtud de los experimentos aleatorios es que, debido a la estrecha colaboración entre investigadores e implementadores, permiten la estimación de parámetros que de otro modo no sería posible evaluar. Discutimos las inquietudes que se han planteado con respecto a los experimentos y, en general, concluimos que, aunque son reales, a menudo no son específicas de los experimentos. Concluimos discutiendo la relación entre la teoría y los experimentos.