Este artículo examina si una externalidad dentro del hogar impide la adopción de una tecnología con implicaciones sustanciales para la salud de la población y el medio ambiente: las estufas mejoradas. Motivado por un modelo de toma de decisiones dentro del hogar, el experimento comercializa estufas a maridos o esposas a su vez a precios que varían aleatoriamente. Encontramos que las mujeres, que soportan costos de cocina desproporcionados, tienen una mayor preferencia por estufas más saludables, pero carecen de la autoridad para realizar compras. Nuestros hallazgos sugieren que si las mujeres no pueden tomar decisiones independientes sobre el uso de los recursos del hogar, es posible que las políticas públicas no puedan explotar las diferencias de género en las preferencias para promover la adopción de tecnología en ausencia de un cambio social más amplio.