Los primeros 1,000 días de vida comprenden un período crítico de desarrollo físico y cognitivo. Los niños que experimentan un crecimiento y desarrollo físico normal en este período obtienen mejores resultados en la escuela y, como adultos, ganan alrededor de un 20 por ciento más en sus trabajos y tienen un 10 por ciento más de probabilidades de ser dueños de sus propios negocios.1 Por otro lado, la nutrición inadecuada durante este período puede causar retraso en el crecimiento y contribuir a las consecuencias de desarrollo a largo plazo que afectan la productividad y el bienestar futuros.

En este resumen, Innovations for Poverty Action ha recopilado evidencia de evaluaciones aleatorias de programas que tienen como objetivo apoyar los primeros 1,000 días de un niño, además de evidencia de revisiones académicas de ensayos de alta calidad en salud materna e infantil y desarrollo de la primera infancia.

Si bien todas las intervenciones de este informe se han probado rigurosamente, a veces las soluciones que funcionan en un contexto pueden no funcionar tan bien en otro. Además, si bien se ha demostrado que muchas de estas intervenciones mejoran la salud y el desarrollo infantil en entornos de prueba, la entrega (especialmente a poblaciones remotas) a gran escala será más desafiante. El monitoreo y la evaluación cuidadosos a medida que estos programas se adaptan a un nuevo contexto ayudarán a las partes interesadas a comprender si los programas producen los resultados previstos.