Para explicar las brechas de género persistentes en los resultados del mercado, una literatura experimental de laboratorio explora si las mujeres y los hombres tienen diferencias innatas en capacidad (o actitudes o preferencias), y una literatura separada basada en el campo estudia la discriminación contra las mujeres en entornos de mercado. Postulamos que incluso si las mujeres tienen una habilidad innata que es comparable a la de los hombres, su desempeño relativo puede verse afectado en el mercado si la tarea requiere que interactúen con otros en la sociedad, y están sujetas a discriminación en esas interacciones. Probamos estas ideas utilizando un experimento de campo a gran escala en 142 aldeas de Malawi donde a hombres o mujeres se les asignó aleatoriamente la tarea de aprender sobre una nueva tecnología agrícola y luego comunicársela a otros para convencerlos de que la adoptaran. Aunque las mujeres comunicadoras aprenden y retienen mejor la nueva información, y las que son enseñadas por mujeres experimentan mayores rendimientos agrícolas, las mujeres no tienen tanto éxito enseñando o convenciendo a otros para que adopten. Los microdatos sobre las interacciones individuales de 4000 agricultores en estos pueblos sugieren que otros agricultores perciben que las mujeres comunicadoras son menos capaces y prestan menos atención a los mensajes de las mujeres.