Usamos una evaluación aleatoria de un programa de desparasitación de Kenia para estimar los efectos de los pares en la adopción de tecnología y arrojar luz sobre el movimiento de los donantes de ayuda extranjera hacia la provisión comunitaria sostenible de bienes públicos. La desparasitación es un bien público ya que gran parte de su beneficio social proviene de la reducción de la transmisión de enfermedades. Las personas eran menos propensas a desparasitarse si sus contactos sociales directos de primer orden o indirectos de segundo orden estaban expuestos a la desparasitación. Los esfuerzos para reemplazar los subsidios con medidas sostenibles de control de gusanos fueron ineficaces: un programa de recuperación de costos de medicamentos redujo la aceptación en un 80 por ciento; la educación para la salud no afectó el comportamiento y fracasó una intervención de movilización. Al menos en este contexto, parece poco realista que una intervención única genere una provisión voluntaria sostenible de bienes públicos locales.